Muchas
veces se piensa en un masaje como un lujo, o algo para cuando se sufren
intensos dolores.
Pero me gustaría plantear la utilidad que puede
tener a nivel de prevención.
El sedentarismo mata indirectamente a muchas
personas cada año en España. 30 o 40 minutos de ejercicio diario previene
muchas enfermedades, pero muchas personas simplemente no desean ponerse a hacer
ejercicio, porque después del trabajo están cansadas, o porque no tienen tiempo
para desplazarse a un gimnasio.
Bien, pues un masaje periódico (semanal o quincenal, dependiendo
de las condiciones de salud individuales) puede ser igual de efectivo en
algunos aspectos. El movimiento de la sangre no solo aumenta durante el masaje,
además llega a capas musculares profundas, y por su efecto relajante estamos
previniendo efectos nocivos del estrés. Hacer movilizaciones articulares
pasivas como parte del final de un masaje también ayuda a mantener la salud en
general. Por otra parte recibir un masaje capacita para hacer más ejercicio en
caso de que lo hagamos de forma habitual, ya que la musculatura se relaja.
Muchas personas al sentirse mejor después de un masaje se sienten más activas, ya
que su cuerpo responde mejor. Es, por decirlo así, como si el masaje fuese una
preparación para el deporte de vivir, tanto como para los demás deportes.
Aquí os dejo un extracto de un artículo de El Pais, que aunque
antiguo, no deja de tener una gran validez, pues ahora más que nunca, en España
la obesidad y el sedentarismo se están afianzando. Si queréis leer el artículo
completo, podéis hacerlo en el enlace al final del texto:
“(…) Lo que
en otras épocas podía ser un lujo se ha convertido en maldición. En los últimos
años, el sedentarismo ha sido catalogado como uno de los principales factores
de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, con un rango similar al de la
hipertensión y el colesterol elevado. Lo peor es que las desgracias no vienen
solas y que sedentarismo, obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares
tienen muchos puntos de conexión.
Para
caracterizar todas las enfermedades cuya situación se agrava por la falta de
actividad física, provocando un aumento de la incapacidad y las muertes
prematuras, algunos especialistas estadounidenses han acuñado el síndrome de la
muerte sedentaria (SeDS o sedentary
death syndrome, en inglés). En esta denominación se incluyen, por ahora, 35
procesos relacionados con el sedentarismo.
La lista de
condiciones patológicas cuya incidencia aumenta por la falta de actividad es de
lo más florida: infarto, osteoporosis, apnea de sueño, diabetes tipo 2, cáncer
de colon, hipertensión, demencias, síntomas menopáusicos, enfermedad vascular
periférica, problemas respiratorios e ictus, entre otros. A esta lista
incompleta hay que añadir otra de incapacidades agravadas por el sedentarismo,
en la que se incluyen las causadas por el ictus, el dolor de espalda y las
fracturas por caídas. (…)”
Fuente:
http://elpais.com/diario/2001/06/19/salud/992901601_850215.html